Hay que ponerle cadenas al secretismo que anda suelto por nuestro municipio.

   En la Inglaterra de principios de siglo. Las patronales mineras, que no eran precisamente guardianes de la solidaridad y el respeto al obrero, se andaban con mucho cuidado de no provocar cualquier tipo de conflicto serio con la clase trabajadora. Sabían de sobra que llegado el momento se movilizaban en acciones sindicales que no podían ser frenadas ni por ellos, ni por policías, ni por nadie.

   Poco a poco los poderes se han ido encargando de desvirtuar la idea del sindicalismo y de la clase obrera. Confundiendo y mintiendo han conseguido exterminar lo que más temían precisamente esas patronales de principios del siglo anterior: la fortaleza de la UNIÓN.

   Hoy martes (10 de enero de 2011) los trabajadores de la Residencia Núñez Limón se han echado a la calle pidiendo unidad. Unidad por empatía a unos trabajadores con una situación económica catastrófica. Unidad por salvar una residencia cuyo fin es simplemente social. Unidad para luchar contra el secretismo con el que se les ha mantenido apartados de la problemática del asilo. Unidad para recibir un apoyo frente a una situación en la que no han tenido ningún tipo de intervención.

   ¿Cuál es la raíz de esta situación?¿Qué alternativas se ha ofrecido para salvar a la Residencia?¿Cómo se puede medir el apoyo que han recibido los trabajadores y trabajadoras de la Residencia por parte de la Administración Pública? Solo el secreto es la respuesta a todas las preguntas.

   La Residencia es solo un edificio inerte. La Fundación solo es un tipo de forma jurídica. Dá igual que embarguen edificios o cierren una empresa, lo importante en este asunto son los pacientes y los trabajadores. Se ha intentado salvar a una entidad y a un edificio junto con todo lo que conllevaba (pacientes y trabajadores); pero a lo mejor, solo se deberían haber buscado soluciones para salvar a los trabajadores y a los pacientes.

   Este problema, junto con otros (trabajadores del Ayuntamiento sin cobrar, paro, endeudamiento de los vecinos, crisis de los autónomos) debería haber tenido por parte del Ayuntamiento otra perspectiva. Esa perspectiva era la del Gobierno de Unidad Local, en la que se hubiera pedido soluciones e involucración a todas las fuerzas políticas. Y en la que el secretismo no hubiera sido la norma general.